Manual clase C
Tema 5. Convivencia Vial
Para que exista una buena y verdadera Convivencia Vial entre conductores de vehículos, peatones, pasajeros y usuarios de las vías, donde se respeten y armonicen los derechos propios y los de los demás, es imprescindible que todos sus protagonistas, tengan un nivel adecuado de Educación Vial.
La Educación Vial es mucho más que el aprendizaje de las normas de comportamiento (Ley de Tránsito) o el conocimiento de un catálogo de señales que afectan a ese tránsito. Va más allá de respetar los límites de velocidad o cumplir con la obligación de utilizar casco.
La Educación Vial es la adquisición de valores para poder alcanzar una mejor convivencia. Valores como el respeto (respeto a su vida y la de los demás), la solidaridad, la comprensión, el perdón y la tolerancia son imprescindibles para la conducción. La Educación Vial, favorece y promociona la Convivencia Vial.
La Seguridad Vial tiene como meta la eliminación total de los siniestros de tránsito, partiendo de la reducción de los mismos y la minimización de sus consecuencias. Para que esto ocurra debe tener una adecuada y real percepción del riesgo. Esa percepción del riesgo en la mayoría de los conductores suele estar por debajo de lo real, llegando a creer incluso que no existen riesgos en situaciones en las que en realidad sí las hay
Debe saber que mientras conduce una motocicleta corre riesgos y que un comportamiento incorrecto en estas circunstancias puede poner en peligro su vida y la de los demás. La inexperiencia, la imprudencia y la falta de formación de los conductores son el mayor riesgo a la hora de conducir una motocicleta.
El uso de motocicletas ha aumentado considerablemente por motivos económicos y por la gran movilidad que ofrecen, por lo que también ha aumentado el número de siniestros que se producen. Para combatir este crecimiento de la siniestralidad vial deben colaborar todos. Lo primero es borrar de su mente la idea de que “los siniestros de tránsito solo le ocurren a los demás”.
Cerca del 90% de los siniestros de tránsito con víctimas son producto de fallas humanas, de errores producidos por conductores en una equivocada percepción del riesgo.
Los accidentes tienen en su mayoría poco de accidentales. Hay que cambiar los esquemas, ser conscientes, adquirir una percepción del riesgo objetiva y darse cuenta que la mayoría de los siniestros son evitables. Para practicar una conducción segura y responsable de su motocicleta y reducir las probabilidades de sufrir un accidente vial debe eliminar en la medida de lo posible los factores de riesgo.
Los principales factores de riesgo son:
Las Distracciones, factor importante y una de las principales causas de accidentes. Alcohol y Drogas, que disminuyen las facultades para conducir. Velocidad inadecuada, presente en la cuarta parte de los accidentes con víctimas. Fatiga, cansancio, sueño o somnolencia, el consumo de fármacos o conducir en situaciones de estrés.
Muchas veces los conductores, por demostrar lo ágiles que son, no son conscientes de los riesgos a los que exponen a los demás usuarios al efectuar conductas imprudentes como el zigzagueo entre vehículos en movimiento o el no respeto de las señales del tránsito. Al no respetar una luz roja de un semáforo o un paso de peatones señalizado, no solo se está cometiendo una infracción a la Ley de Tránsito, sino que se está atentando contra la convivencia vial, poniéndose en riesgo a sí mismo como a los demás usuarios. Este tipo de comportamientos erróneos atenta contra la convivencia ordenada en el tránsito y contra el principio de confianza que lo inspira, donde todos los conductores esperan que cada uno de los integrantes de esta gran obra cumplan con su papel, que es respetar las normas de convivencia y comportamiento vial. Sea consciente de que estas acciones o infracciones no quedan impunes, aunque se llegue a pensar: “Qué bien, no me ha visto nadie y no ha pasado nada”. Estos incidentes se repiten y terminan convirtiéndose en siniestros donde SÍ pasa algo. El comportamiento irrespetuoso de un conductor, lo termina pagando el propio conductor y desgraciadamente, es muy probable, que los demás también.
Quien se pasa una luz de un semáforo en rojo, no desconoce el significado reglamentario de esa luz y sabe qué consecuencias sancionadoras tendría si lo viera un Carabinero. No existe en este caso desconocimiento de la normativa vigente, lo que existe es una voluntad de incumplirlas, una resistencia a cumplir las leyes y un cierto desprecio por los demás usuarios que circulan por el mismo espacio. La educación nos proporciona el conocimiento de reglas y normas de comportamiento que toda persona necesita en el momento de transitar por las distintas vías, calles y carreteras. Pero lo más importante es que transmite valores, trata de inculcar hábitos y actitudes positivas de convivencia, de calidad de vida, de respeto, de calidad medioambiental y de seguridad vial.
La Educación Vial es indispensable en la educación social e individual de las personas, pues todos seremos peatones, usuarios de vehículos o conductores en distintos momentos de nuestras vidas. Necesitamos de la Educación Vial para convivir de una forma ordenada y respetuosa con los demás, y en un entorno amable, positivo y justo.
Al pensar en el tránsito se recuerdan imágenes de carreteras, calles y vehículos. No obstante, en esos vehículos viajan y son conducidos por personas, las calles y las carreteras las utilizan personas, y esas personas son en realidad el tránsito. El tránsito somos todos nosotros, nos movemos por vías conjuntamente con los demás y para que esa movilidad sea ordenada, sea segura y no se produzcan siniestros de tránsito, existen reglas que se deben cumplir y que se apoyan en una serie de principios como el de la Confianza.
Sin este principio no se podría salir a la calle, si no se confiara en que los demás cumplirán su parte del juego nadie se atrevería a conducir su motocicleta. Al circular, se espera que los demás respeten su sentido de circulación y no invadan el suyo, que respeten los semáforos, que cedan el paso cuando se tiene la prioridad, etc.
La Convivencia Vial exige un compromiso con la Educación Vial, un compromiso con los demás y un compromiso con nosotros mismos. Los conductores de motocicletas deben ser conscientes de que son integrantes de la circulación, junto con peatones y ciclistas más vulnerables. La carrocería del vehículo es su propio cuerpo, deben guardar constantemente el equilibrio ya que circulan sólo sobre dos ruedas, están expuestos a caídas, golpes directos, rozaduras, etc.
Las vías por donde circulan los vehículos conforman el Entorno Vial. Pero este Entorno Vial es mucho más que calles o carreteras por las que se puede circular. Ese Entorno Vial es un espacio de convivencia social, un entorno en el que se desarrollan las personas, como seres humanos.
La Precaución es el principio fundamental en la conducción. Se debe ser conscientes y admitir que todos pueden equivocarse y cometer errores, por lo que se debe estar atento, más que ningún otro conductor, por si estos errores se producen. Se debe practicar la conducción defensiva y preventiva para garantizar su seguridad.
La conducción a la defensiva significa que usted:
Su actitud en la conducción de motocicletas debe ser de respeto hacia los demás y hacia usted mismo. Aunque los otros tomen decisiones erróneas, debe estar preparado para ello. Tiene que mantener en todo momento una actitud segura, responsable y tranquila que le ayude a conducir mejor.
La Solidaridad es la mejor virtud que puede practicar cuando conduce una motocicleta, el deseo de ayudar a los demás y no ver al resto de conductores y usuarios como sus enemigos.
Claves para la convivencia vial de motociclistas:
Tema 5. Convivencia Vial