Manual clase B
Tema 3. Seguridad vial
Debido a las distintas características de los vehículos, los accidentes entre un vehículo y una bicicleta son especialmente lesivos para los ciclistas, por lo que se debe tener especial atención con ellos. Las lesiones sufridas en la cabeza son las de mayor importancia en estos casos.
Se tienen que adoptar unas mínimas precauciones:
Las motocicletas son un medio de transporte utilizado cada vez con mayor frecuencia. Su fácil manejo, su movilidad, su reducido tamaño y su comodidad son motivos más que suficientes para que las personas elijan este vehículo como su medio de transporte.
Pese a sus ventajas, debido a sus características, los accidentes sufridos en este tipo de vehículos resultan fácilmente fatales para sus conductores. La probabilidad de muerte es mucho mayor en un vehículo de dos ruedas que en un automóvil.
Son frecuentes las colisiones que se producen en intersecciones con la participación de motocicletas, por esta razón, debe tener especial cuidado al acercarse a los cruces, ya que por las altas velocidades de estos vehículos, es difícil percibirlos a tiempo.
Como conductor de automóvil tenga especial cuidado con las motocicletas, porque son pequeñas y difíciles de ver.
Reflexione cuando en un camino o carretera se encuentre con alguien montando a caballo y prepárese para reducir la velocidad. Si marcha en igual dirección que la suya y, al mismo tiempo, vienen muchos vehículos en contra, no se le acerque demasiado y espere hasta que los vehículos hayan pasado para adelantarle. Manténgase a una buena distancia lateral. La persona que va a caballo puede no conocer bien las reglas del tránsito o el caballo puede asustarse por cualquier otra causa, justo en el momento en que usted pasa cerca de él.
No haga señales luminosas o acústicas ni acelere el motor en la cercanía del caballo. Esto también es válido ante la presencia en la vía de otros animales, como ovejas o ganado.
En zonas rurales, donde es más frecuente encontrar personas a caballo, esté más atento a la presencia de éstos, especialmente en las curvas a la derecha.
Cuando se encuentre con uno de estos vehículos, prepárese para disminuir la velocidad, debido a que estos vehículos podrían no alcanzar velocidades mayores a 45 km/h; por lo tanto, si este vehículo se encuentra delante suyo y en sus misma pista, recuerde guardar una distancia prudente. Si quiere sobrepasarlo o adelantarlo, debe esperar a que no vengan ningún otro vehículo por la pista izquierda, con el fin de realizar esta maniobra de forma segura. Manténgase a una buena distancia lateral mientras efectúa el sobrepaso o adelantamiento. Tenga la precaución de que la persona que conduce el triciclo motorizado de carga puede no conocer bien las reglas del tránsito.
De los tres elementos que intervienen en el tránsito (hombre, vehículo y vía), es el factor humano el que más incidencia tiene en los accidentes. El conductor debe adaptar su comportamiento al nivel exigido por las diversas y cambiantes situaciones en la vía, dando la respuesta adecuada. El nivel de exigencia para el conductor es impuesto por las características de la vía (curvas, gravilla), condiciones meteorológicas (lluvia, nieve), la circulación (densidad del tráfico, tipo de vehículos) y las normas y señales. El conductor necesita capacidad de respuesta. El nivel de capacidad dependerá de la formación en el aprendizaje y de la experiencia.
Los principales factores de riesgo son:
El trabajo de conducir un vehículo está basado en un proceso de recogida continua de información. El conductor analiza esta información y en función de su experiencia toma decisiones que traslada a los mandos del vehículo, por lo que debe tener unas adecuadas capacidades psicofísicas para percibir, procesar y actuar convenientemente.
¿Por qué ocurren los accidentes? Es sabido que la capacidad del ser humano tiene un límite. Sin embargo, suele olvidarse cuando una persona se sienta al volante. Por ello es importante que usted, que se inicia como conductor, esté consciente de cómo actúan las personas.
Hacer dos cosas al mismo tiempo puede resultar muy riesgoso, especialmente tratándose de conductores inexpertos. Por una parte, porque un conductor sin experiencia pierde con mayor facilidad el control de su vehículo, y, por otra, porque éstos tienen mayor dificultad para enfrentar bien una situación difícil.
Además de llevar las dos manos sobre el volante, es importante concentrarse en el tránsito. Por ello, no debe conducir si se encuentra contrariado por algo que le ha sucedido y evite las discusiones mientras conduce. Los problemas emocionales que desvían los pensamientos, el ocuparse de una radio, de un teléfono, el fumar o comer mientras conduce influyen negativamente en la seguridad del tránsito.
Distraerse y desviar la atención de lo que se está haciendo -con algún pensamiento o algo que hemos visto-, es un hecho que ocurre con frecuencia.
Las distracciones al conducir son causa de muchos accidentes. Si usted se distrae tendrá menos tiempo para reaccionar ante un imprevisto, ya que tardará más tiempo en recibir información. ¡Conducir requiere toda su atención!
La capacidad de respuesta es la precisión y rapidez con la que un conductor lleva a cabo una maniobra como respuesta a una situación determinada del tránsito. Del correcto estado psicofísico del conductor, de su experiencia y de su formación, depende en gran medida su capacidad de selección de información y su capacidad de reacción ante un estímulo de peligro o riesgo.
El período de tiempo transcurrido desde que percibimos la información, hasta que tomamos una decisión y actuamos sobre el elemento correspondiente en el vehículo, se denomina tiempo de reacción. En el caso de un conductor experimentado y con buena capacidad de reacción el tiempo de reacción es de aproximadamente 1 segundo. El tiempo de reacción depende de cada persona pudiendo variar incluso en una persona, según las circunstancias del momento.
Son los metros que recorre el vehículo durante el tiempo de reacción. Esta distancia depende del tiempo de reacción (si tardamos más tiempo en reaccionar mayor será la distancia que recorre el vehículo) y de la velocidad a la que se circula (a mayor velocidad más metros recorridos en el mismo tiempo).
Usted puede estimar aproximadamente la distancia de reacción, multiplicando por tres la primera cifra de la velocidad. Por ejemplo, circulando a 70 km/h y con un tiempo de reacción normal (un segundo), la distancia de reacción será de unos 21 metros aproximadamente (7x3=21).
Es la recorrida por el vehículo desde que el conductor acciona el freno hasta que queda detenido.
Esta distancia puede variar dependiendo de los siguientes factores:
En pavimento mojado, la distancia de frenado puede llegar a ser hasta el doble que en el caso de pavimento seco y hasta diez veces más cuando existe hielo en la calzada.
A menudo se está expuesto a una gran cantidad de impresiones sensoriales. Al ir conduciendo no se tiene tiempo de descubrirlo todo, por lo que el cerebro selecciona los estímulos o información. Tanto la selección como su interpretación no dependen de la casualidad, sino que se ven influenciadas por las expectativas, necesidades y por el estado de vigilancia.
Lo anterior es aplicable a todas las personas y suele llamarse percepción selectiva. Sin embargo, existen diferencias entre las distintas personas en cuanto a cómo captan e interpretan una situación. Así, lo que una persona ha visto puede no haber sido percibido por otra, y la interpretación de un hecho puede ser muy diferente de una persona a otra.
Después de realizado el proceso perceptivo, que es rapidísimo, se decide acerca de una acción. Esta acción, en combinación con la de los demás usuarios y con la carretera, conduce a un resultado, el que proporciona experiencia y nuevos conocimientos.
A causa de la percepción selectiva se corre el riesgo de pasar por alto circunstancias importantes en el tránsito.
Las interpretaciones erróneas del entorno, que son bastante corrientes, pueden ser muy peligrosas. Surgen cuando los indicios en cuanto a distancia y forma son insuficientes o poco claros.
Otros ejemplos de interpretaciones erróneas son cuando al conducir por terreno montañoso o sinuoso, se tiene la sensación de ir cuesta abajo, en circunstancias que lo hace cuesta arriba; o cuando los focos sucios o con luz poco potente de un vehículo hacen que éste parezca encontrarse a mayor distancia de la real.
Las líneas convergentes parecen hallarse a mayor distancia del ojo en su parte más estrecha.
Significa que si los objetos son iguales parecen ser de diferente tamaño. Uno cree que el objeto que parece más pequeño se encuentra a la mayor distancia.
Que cuanto más densos aparecen los objetos, tanto más lejos parecen hallarse.
Un objeto que cubre otro parece hallarse más cerca del ojo.
Esto es importante conocerlo porque, en ocasiones, carecerá parcialmente de ciertos indicios o éstos se presentarán de un modo confuso o incluso no existirán, por ejemplo, cuando hay niebla, cuando está oscuro o cuando quede cegado por la luz; y el resultado puede ser interpretaciones erróneas muy peligrosas. Por lo tanto, una buena regla es mostrarse desconfiado de las propias percepciones y no conducir cuando se está cansado.
Una reducción de la visión, del tipo que sea, puede influir significativamente en la capacidad de quien conduce. Un campo visual satisfactorio y una visión tal que permita percibir nítidamente objetos a diferentes distancias durante el día y la noche, son imprescindibles para poder resolver las situaciones más complicadas del tránsito.
Todo conductor debe tener una capacidad visual mínima que se mide durante un examen físico y psíquico previo a la obtención de la licencia, y se debe mantener durante todo el tiempo que esté autorizado para conducir.
Estos controles se establecen en función de la clase de licencia, pudiendo el plazo de control variar según la edad o estado de salud, así como por orden de un juzgado.
La capacidad visual puede verse afectada por factores como:
La pérdida de la agudeza visual que se pueda corregir mediante el empleo de anteojos o lentes de contacto no impide que se pueda obtener una licencia para conducir. En este caso es aconsejable llevar unos lentes de repuesto.
Un campo visual satisfactorio y una visión tal que permita percibir nítidamente objetos a diferentes distancias durante el día y la noche, son imprescindibles para poder resolver las situaciones más complicadas del tránsito. Si un conductor tiene deficiencias en la visión y precisa de lentes, debe ser responsable y no conducir.
Subestimar la velocidad puede ser muy riesgoso, sobre todo porque puede equivocarse al juzgar la distancia de frenado. Las limitaciones de la capacidad del cerebro para procesar la información no sólo se reflejan en una estimación errónea de la velocidad que se puede llevar, sino también cuando se trata de captar información o cuando se juzga la distancia entre otros vehículos.
A medida que aumenta la velocidad:
Tema 3. Seguridad vial