Manual clase B
Tema 3. Seguridad vial
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los accidentes de tránsito son un problema prioritario de salud pública en todo el mundo, por lo que se debe reducir su número con la colaboración de todos.
En Chile, al igual que en el resto del mundo, los accidentes de tránsito constituyen una de las principales causas de mortalidad, sobre todo en la población joven, entre 15 y 29 años, representando la segunda causa de muerte después de los suicidios.
Aunque se piensa que los accidentes son inevitables, se puede reducir al mínimo la posibilidad de sufrir un accidente, conduciendo con la máxima seguridad y atendiendo a los factores de riesgo que el conductor puede controlar: distracciones, velocidad, fatiga, alcohol, medicamentos, drogas y estado general de salud.
Para reducir los accidentes y sus consecuencias, es necesario tener una actitud responsable frente al tránsito, conocimientos adecuados de seguridad vial y conducir en todo momento con la máxima seguridad.
Además de las pérdidas de vidas humanas, los accidentes de tránsito producen un enorme impacto económico que, directa o indirectamente asumimos todos los ciudadanos. Se estima que en Chile los costos de los accidentes de tránsito alcanzan el 2% del PIB según las cifras de la OMS.
La mayor parte de los accidentes se producen durante los fines de semana y los feriados, especialmente durante la madrugada, siendo el viernes el día con un número mayor.
Aunque la mayor parte de los accidentes ocurre los viernes, se producen más fallecidos el sábado y el domingo.
Destacan tres horarios importantes: Entre las 6 y las 9 de la mañana, el segundo entre las 14 y las 16, y el último entre las 18 y las 20, que coinciden con los horarios de entrada y salida del trabajo.
La mayor parte de los fallecidos por accidentes de tránsito se produce en vías interurbanas o no urbanas.
Si bien, la mayor cantidad de muertos en accidentes de tránsito se registra en carreteras y autopistas fuera de áreas urbanas, la mayor cantidad de accidentes se producen en vías o áreas urbanas; de éstos, la mayoría se registra en los cruces de calles o intersecciones.
La razón de esta diferencia está en la velocidad. Cuanto mayor es la velocidad, las lesiones son mayores.
La falla humana está presente en más del 90% de los siniestros. El consumo de alcohol al conducir y la desobediencia a las señales del tránsito son unos de los factores de mayor incidencia en la ocurrencia de siniestros de tránsito.
Existen unos grupos de personas que tienen más probabilidades de estar involucradas en un accidente de tránsito.
Estos grupos vulnerables son personas que desde un punto de vista estadístico están presentes en un mayor número de accidentes: los niños, los jóvenes, las personas mayores, tanto como conductores como peatones. Además, hay otras personas que, por el tipo de vehículo que utilizan, sufren lesiones más graves en caso de accidente: conductores y pasajeros de motocicletas y bicicletas.
El grupo etario de mayor accidentabilidad son los jóvenes, entre 18 y 29 años. Éstos representan aproximadamente el 27% del total de conductores fallecidos en accidentes de tránsito en los últimos años.
¿Por qué es necesario haber cumplido 18 años (o excepcionalmente 17) para poder optar a una licencia de conducir? La respuesta obvia a esta pregunta, es porque la sociedad espera que a esa edad el individuo haya alcanzado el grado de madurez requerido para ser un conductor responsable y seguro. Lamentablemente, la realidad es distinta.
La población joven tiene particularidades propias de la etapa vital en que se encuentra, que influyen en una mayor vulnerabilidad a sufrir accidentes de tránsito. Entre algunas de estas características se destacan:
Los jóvenes son propensos a asumir riesgos durante la conducción debido a la baja percepción del mismo. Estos datos no quieren decir que un joven tenga más posibilidades de tener un accidente, sino que existen algunas características que aparecen en los jóvenes que les hace ser más propensos a sufrirlo.
Muchas investigaciones muestran precisamente que el comportamiento de los conductores va variando en la medida en que van adquiriendo experiencia. Así, la mayoría de los conductores expertos y de edad madura ya han aprendido que la mejor manera de evitar accidentes es teniendo tiempo de sobra.
Las personas mayores están implicadas en un número de accidentes importante, tanto como peatones como conductores.
El deterioro de las capacidades psicomotoras necesarias para la conducción puede suponer, por ejemplo, pérdida de fuerza al momento de frenar, peor manejo del volante, disminución en la capacidad para mantener la atención, procesamiento más lento de la información de la vía, o un aumento en el tiempo de reacción.
Por esto, muchos adultos mayores tienen más riesgo de sufrir accidentes en situaciones de tránsito complejas que exigen una respuesta rápida. Sin embargo, en situaciones donde existe tiempo suficiente para reaccionar, tienen los mismos problemas que otras personas más jóvenes. Por ello, hay que darles tiempo suficiente y no presionarlos a actuar.
Los peatones son un grupo de usuarios de la vía muy vulnerable en caso de accidente, ya que pueden resultar con lesiones muy graves en caso de atropello.
El tránsito de los peatones deberá hacerse de acuerdo con las normas siguientes:
Se presumirá la culpabilidad del peatón que cruce la calzada en lugar prohibido; del que pase por delante de un vehículo detenido habiendo tránsito libre en la vía respectiva; del que transite bajo la influencia del alcohol, drogas o estupefacientes y, en general, del que infrinja lo dispuesto detallado anteriormente.
Para evitar el atropello a los peatones, se deben adoptar una serie de precauciones:
Es muy importante conocer los problemas que puede tener una persona mayor como peatón para poder colaborar con ellos en su seguridad:
Las vías donde se desarrolla el tránsito no están diseñadas para los niños. de tránsito, son peatones que han resultado atropellados, en la mayoría de los casos con heridas en la cabeza o en partes vitales del cuerpo. 10 años, que irrumpen sorpresivamente en la calzada.
Los atropellos a niños tienen las siguientes causas:
El traslado seguro de niños en un vehículo motorizado es un desafío y una obligación para el conductor de un vehículo siendo su responsabilidad el uso de Sistemas de Retención Infantil al momento de transportar a niños en un automóvil.
Se prohíbe el traslado de menores de 12 años de edad en los asientos delanteros de los vehículos, debiendo ser transportados en los asientos traseros (excepto en vehículos de cabina simple).
Es obligatorio transportar a los menores de hasta 8 años inclusive (es decir, hasta que cumplan los 9 años de edad), o de una estatura menor o igual a 135 centímetros y 33 kilogramos de peso, en Sistemas de Retención Infantil. Lo anterior, es exigible a los vehículos particulares, exceptuándose de esta obligación al transporte público, transporte escolar y vehículos de similares características.
¿Qué son los Sistemas de Retención Infantil (SRI)?
Los Sistemas de Retención Infantil o sillas de seguridad para niños, son dispositivos diseñados para el traslado seguro de niños y niñas al interior de un vehículo, en todo tipo de viaje.
Se debe tener en cuenta que no basta solo con utilizar un Sistema de Retención Infantil, sino que debe ser utilizado correctamente, ya que un dispositivo mal instalado no brinda la protección necesaria para que los niños viajen seguros, generando una falsa sensación de seguridad. Por esto, se debe fijar bien la silla al asiento del vehículo, siguiendo cuidadosamente las instrucciones indicadas en el manual de usuario del SRI, y sujetar al niño o niña a la silla a través del arnés o el cinturón de seguridad.
Tema 3. Seguridad vial